E. Rafael Nadal ya descansa en Manacor después de haber conquistado el Abierto de Estados Unidos, el cuarto éxito en Nueva York y el 19° Grand Slam de su carrera.
Nadal protagonizó junto al ruso Daniil Medvedev una de las finales de Gran Slam con más épica en los últimos tiempos. Convertido en el jugador que más gana por encima de la treintena no parece dar relevancia a la posibilidad de dar alcance a Roger Federer, el tenista con más 'major' de la historia. Veinte trofeos grandes tiene el suizo. Diecinueve, tras vencer en Nueva York, el español.
El balear se recupera del esfuerzo y de las emociones vividas tras el triunfo frente Medvedev. No mira el calendario. Solo rehabilitar el cuerpo tras el agotamiento.
Los retos han pasado a ser un asunto personal para el jugador español que a sus 33 años aún reconoce tener "ambición y motivación" en el tenis. Eso sí, el tenista español sigue su camino al margen de cualquier "espíritu de revancha" y al margen de lo que se pueda de decir de él.
"Igual que mucha gente dudaba de que yo pudiera jugar tantos años yo también. Dudo ahora y he dudado siempre. Pero aquí estoy y al final es un tema del día a día. Soy feliz con lo que hago. Y si me cuerpo me permite entrenar diariamente y disfruto de la competición...", asegura Nadal, que quiere ser, sobre todo, competitivo.
"Lo que me motiva y mi objetivo es aspirar a lo máximo el máximo de tiempo posible", asegura Nadal, que contempla como nuevos e inmediatos retos la Copa de Maestros que aún no ha logrado conquistar y la nueva Copa Davis, que echa a andar el próximo noviembre en Madrid, como colofón a un año de ensueño.
Reconoce Nadal estar "fatigado" tras el derroche y la exigencia física que requirió el triunfo ante Daniil Medvedev para sumar su cuarto éxito en Nueva York y elevar a diecinueve el número de Grand Slam acumulados. "Estoy cansado; la verdad es que no estoy recuperado. Estoy tocado físicamente", reconoce el tenista balear en un encuentro telefónico con los medios de comunicación que le han acompañado en Nueva York.
La recuperación tras el esfuerzo y las emociones vividas horas después a la batalla mantenida con Medvedev acaparan ahora el interés de Nadal que prefiere aparcar provisionalmente, la definición de lo que queda de calendario. Aun así, asume como un desafío algo más lejano los Juegos Olímpicos de Tokio.
A sus 33 años y a sólo un 'major' de igualar a Roger Federer como el tenista como un mayor número de Grand Slams de la historia Nadal prefiere esperar a ver "cómo evoluciona" su físico en los próximos días y a hablar con su cuerpo técnico para definir sus próximos retos.
Pero el balear tiene subrayados en su "calendario inmediato" dos citas: la nueva Davis Cup y la Copa Masters de Londres que pone el colofón al circuito y que es el único torneo de renombre que todavía se le resiste. "Por definir un poco queda Asia", reconoce Rafael Nadal. "Más allá de eso, todo el mundo sabe lo que representan para mi unos Juegos Olímpicos y voy a hacer lo posible para tratar de llegar de la mejor manera, con la mejor preparación posible a los de Tokio".
La cita olímpica forma parte de uno de los retos del español en el 2020. Arrancan el próximo 24 de julio en Japón, justo en medio de Wimbledon y el inicio del circuito norteamericano. "Pero unos Juegos son algo especial", insiste el balear, que ganó la medalla de oro en los de Pekín 2008 y que en los últimos, en Río 2016, quedó cuarto, en puertas de las medallas.
Nadal es consciente de que debe dosificarse para seguir al más alto nivel. En el tramo final de una gran temporada, con dos Grand Slam más en su hoja de servicios, asume como retos los proyectos. "Unos Juegos Olímpicos no marcan todo el año en tenis como en otros deportes, como el atletismo, y se hace difícil una planificación específica para ello y complica mucho el calendario", apunta Nadal, que recuerda que vive siempre las citas olímpicas con una gran ilusión.
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