ESPN. James Harden es el jugador más innovador en esta era revolucionaria de la NBA. Durante cada temporada, agrega nuevos artilugios a su juego que dificultan aún más a sus rivales poder detenerlo. Harden ha potenciado su increíble arsenal de movimientos después del rebote, para convertirse en el gurú del aislamiento más efectivo en la NBA. ¿Qué tendrá de nuevo para esta temporada?
En agosto, tuvimos una pista: un atractivo video de adelanto en el cual Harden desbordó a su defensor antes de que, súbitamemte, hiciera una nueva especie de carrera inventada, con un triple por la esquina con una pierna:
¿Qué demonios fue eso?
Harden repitió su peculiar movimiento el pasado jueves contra los Shanghai Sharks:
Mitad Allen Iverson, mitad Dirk Nowitzki, todo Harden.
Para cualquier otro jugador, esta hubiera sido una cesta estrafalaria. En el caso de Harden, se trata simplemente de una extensión lógica de su juego. El año pasado, Harden explotó sus movimientos con paso atrás a un nivel sin precedentes, destruyendo récords de triples sin asistencias en el proceso. Si existe alguien capaz de normalizar un triple con una sola pierna, ese es Harden.
Nadie en la historia de la NBA ha convertido las jugadas de aislamiento en el perímetro en intentos de tiros de 3 puntos con mayor frecuencia que Harden en la pasada temporada. Stephen Curry se merece crédito por haberle mostrado el mundo cuán efectivos pueden ser los triples después del drible, pero Harden tomó nota y elevó esta destreza a otro nivel. En la campaña 2018-19, Harden se convirtió en el líder de todos los tiempos en triples sin asistencias… a la edad de 29 años.
Revisando los últimos seis años de la data de Harden, podemos percibir unos incrementos dramáticos en las categorías de triples sin asistencias y jugadas de aislamiento:
Eso es completamente intencional. Estos elementos se han convertido en una parte fundamental de su juego. Sin embargo, ¿cuán lejos puede llevar Harden a esta oleada histórica de sus jugadas de aislamiento?
En la Isla Harden
En la pasada temporada, Harden ejecutó más del doble de intentos triples sin asistencia que Kemba Walker quien se ubicó en el segundo puesto de la liga con 439 intentos, según la data de seguimiento de Second Spectrum. ¿Cómo ocurrió? Todo tiene que ver con las jugadas de aislamiento.
Las cifras rayan en lo absurdo. Harden ostentó un increíble promedio de 19.8 jugadas de aislamiento por partido. Remontándonos a 2013-14, sólo dos equipos tienen promedio superior a 20 aislamientos por partido: los Rockets de Harden en 2017-18 (22.2) y 2018-19 (30.0). Desde que la NBA adoptara las estadísticas de seguimiento en toda la liga durante la campaña 2013-14, ningún otro jugador había acumulado más de 900 jugadas de aislamiento en una misma temporada… hasta el torneo anterior, en el cual Harden acumuló 1.548.
Amigos, estamos en presencia del resurgir del baloncesto de héroes. Y con Harden asumiendo el control, Mike D’Antoni diseñando las jugadas y Daryl Morey revisando las estadísticas de eficiencia, la versión de Houston debería tener un mote más apropiado: baloncesto de súper héroes. No hablamos de Carmelo Anthony intentando una cantidad imposible de medir de cestas a rango medio a lo loco, porque las habilidades de clase mundial de Harden pasan los exámenes de eficiencia de forma sobresaliente. Sus jugadas de aislamiento se encuentran entre las acciones más efectivas a mitad de cancha en una liga copiona que, con cada vez más frecuencia, encuentra inspiración en la Ciudad Espacial.
El año pasado, la ofensiva de Houston se ubicó en el tercer puesto de la liga con promedio de 1.01 puntos por oportunidad distinta a la transición. Pero las jugadas de aislamiento de Harden produjeron 1.11 por oportunidad, según la data de Second Spectrum. Estas jugadas son algunas de las mejores opciones a mitad de cancha disponibles para cualquier equipo en la NBA. Sería tonto si los Rockets no las aprovecharan debidamente.
Tal como lo mencionó Tom Ziller durante la primavera pasada, con unas defensivas en la NBA que hacen cada vez mayor cantidad de cambios defensivos, la caza y aislamiento de enfrentamientos desiguales en el perímetro se ha convertido en estrategia clave a la mitad de cancha. Esta táctica está reviviendo la estética fuertemente dependiente de los aislamientos que pasó de moda a principios de década, cuando el análisis estadístico reveló su ineficiencia. Ofensivas orientadas al movimiento, como las de San Antonio y Golden State, cosecharon eficiencia de formas que jamás pudieron igualar encestadores en aislamiento, como Kobe Bryant y Allen Iverson.
A pesar de ello, Morey y D’Antoni les han dado la espalda a esas ofensivas de movimiento igualitario popularizadas por Gregg Popovich y Steve Kerr. Por el contrario, han puesto en marcha una tendencia en contra dependiente de un ataque más simple, con su súper estrella barbuda como protagonista, metido en su isla en la parte alta del arco, acabando con los pobres ingenuos en aislamiento. Contrario a los primeros practicantes del baloncesto de héroes, el juego de Harden se encuentra analíticamente calibrado. Su dieta de cestas es más limpia que la de Bryant y éste se acerca a la línea tanto como un Shaquille O’Neal en la cúspide de sus condiciones.
A pesar de ello, no se espera que ninguna otra estrella de la actualidad supere a los defensores individuales con su astucia con la frecuencia que lo logra hacer Harden. Por ende, no existe otro jugador con mayor motivación a sumar nuevos artilugios a su arsenal.
Matemáticas a una sola pierna
Lo cual nos trae a esa tiro de 3 puntos en plena carrera. Tiene todo el sentido del mundo para Harden intentar conseguir nuevas formas de crear triples después del drible, especialmente cuando se estudian las cifras.
¿Por qué? Comencemos con las cestas. Después de todo, el 70% de las jugadas de aislamiento de Harden terminan con él disparando. Esta es la razón por la cual su trabajo con los pies es tan vital y el por qué ese video viral de su nueva carrera es tan interesante.
Las tiros en salto de Harden tras el drible comienzan todas con una coreografía. Una jugada característica en aislamiento de Harden tiene todo que ver con los dribles, picar e intentar crear así sea el desequilibrio más pequeño para su defensor. Según la data de seguimiento de la NBA, Harden fue el único jugador en la liga en driblar más de 500 ocasiones por partido en la temporada pasada. Mientras que la mayoría de los jugadores utilizan sus dribles para llegar del punto A al punto B, Harden utiliza los suyos como medio para destruir el equilibrio de su defensor. Tan pronto como Harden consigue que su rival se incline en exceso, o bien lo desborda en su incursión o termina creando un amplio espacio para lanzar un triple con paso atrás.
Marcar a Harden es un asunto en el cual su oponente debe elegir como morir: si te excedes en el paso atrás, te superará de inmediato; te excedes contra su incursión y él intentará una cesta con salto. El problema para los defensores radica en que ambas opciones son sumamente efectivas. Harden es, por amplio margen, el anotador más productivo a mitad de cancha de todo el baloncesto, gracias a esa combinación de incursiones y pasos atrás:
Desde el punto de vista del volumen, es claro que Harden se encuentra a otro nivel, pero esta eficiencia tampoco es mala. Ese promedio de 1.16 puntos por paso atrás es una mina de oro en el contexto de jugadas zonales a mitad de cancha. Hay que tener en mente que el disparo promedio en jugadas distintas a la transición en la NBA produjo apenas 1.04 puntos en la temporada anterior y el 99% de los triples con paso atrás de Harden ocurrieron en dichas situaciones.
Los 613 triples con paso atrás de Harden en la pasada temporada ayudaron a demostrar que Houston disfruta gestionando la eficiencia ofensiva de formas en las cuales ningún otro equipo puede ni logrará superarlos. Esa es la razón por la cual deberíamos esperar aún mayor cantidad de jugadas así en la nueva temporada. También es la razón por la cual su cesta a una sola pierna podría cambiar el panorama, incluso si la intenta hacer ocasionalmente.
Este movimiento le permitirá a Harden generar espacios para encestar en nuevas direcciones, dependiendo de la forma en la cual su defensor le hace sombra. Podría representar una nueva manera de que los Rockets consigan aún mayor eficiencia en las ricas minas de la Isla Harden. Ya él no requerirá del tiempo para componerse y esta forma de encestar genera mayor imprevisibilidad. Si Harden ahora representa una amenaza con levantar una pierna, ¿cómo se supone que podrás defender eso y bloquear un trayecto hacia el aro? Buena suerte.
Amigos, he aquí lo temible: Harden apenas está empezando. Acaba de convertir 30 cestas en aislamiento este verano y aún cuenta con espacio para crecer. Podríamos ver 25-30 tiros en aislamiento por partido para Harden esta temporada y varias centenas de intentos de triples sin asistencia. ¿Por qué no? Russell Westbrook conseguirá sus toques; no obstante, a menos que los Rockets utilicen a Russ mucho más de lo que hicieron con Chris Paul, cuesta imaginarse a Houston viendo estas cifras a mitad de cancha e intentar algo distinto a hacer que Harden tenga mayor trabajo.
Baloncesto de súper héroes y la postemporada
Si los manejadores del balón súper estrellas de la NBA son capaces de crear efectivamente y convertir cientos de triples sin asistencia, no hay motivos para esperar ver algo distinto a una masiva explosión de las jugadas de aislamiento. Ya estamos viendo ciertos destellos con Luka Doncic. Y una vez más, Houston se adelanta al resto.
Un partido promedio de los Rockets se ha convertido en un recital de baloncesto de súper héroes mientras que Harden caza y acaba con defensores específicos en cada incursión sobre la cancha. Como resultado, a finales de la temporada 2018-19, Harden se había convertido en la súper estrella de mayor utilización y la más inusual en la NBA, capaz de sumar los totales más alocados que hayamos visto en un buen tiempo.
Revisen esta lista que raya en lo ridículo, conformada por varias categorías estadísticas en las cuales Harden fue líder de la NBA en la pasada temporada: intentos de tiros de campo, tiros de campo convertidos, puntos, promedio de uso, win shares, tiros libres intentados, tiros libres convertidos, triples intentados, triples convertidos, picks directos, dribles, drives, aislamientos y pérdidas de balón.
Los escépticos argumentarán que se tratan de estadísticas impresionantes en temporada regular dentro de un sistema que no está hecho para el baloncesto de postemporada. Los playoffs de la Conferencia del Oeste casi siempre incluyen a ocho equipos fuertes, lo cual justifica preguntarse si esa misma mentalidad capaz de destruir a Charlotte en marzo puede obtener cuatro victorias en una serie contra el Utah Jazz en el mes de mayo.
Esa es la gran pregunta para los Rockets esta temporada: ¿podrán finalmente avanzar? A medida que los entrenadores estudian a los oponentes, investigan enfrentamientos y calibran coberturas defensivas, se dificulta generar puntos y los ajustes se convierten en prioridad. Lo vimos durante la temporada pasada, cuando Nick Nurse puso en la cancha a Kawhi Leonard marcando a Giannis Antetokounmpo para cambiar por completo el panorama de las Finales de la Conferencia del Este.
Si existe una debilidad evidente en el resumen curricular de Houston, es que los Rockets aún no han podido descifrar sus enigmas en los playoffs. En 2017, se mostraron impotentes contra los Spurs. En 2018, se congelaron durante el partido más importante. En 2019, no pudieron igualar el poderío de Golden State.
Aquí también es clave el trabajo en solitario de Harden. Durante el año pasado, las jugadas de aislamiento se catapultaron en toda la liga, pasando de 13.9 ocurrencias por cada 100 posesiones en la temporada regular a 18.9 en la postemporada, según el seguimiento de Second Spectrum. Y Harden empeora por ligero margen en esta jugada importante, pasando de 1.08 puntos por oportunidad de aislamiento a mitad de cancha en la temporada regular a 1.02 en los playoffs durante las tres campañas más recientes. Siguen siendo cifras muy buenas… pero cuando corres más de 27 jugadas de aislamiento por cada 100 posesiones, esa pequeña disminución hace la diferencia.
Quizás este nuevo movimiento ayude a mejorar su eficiencia en la postemporada. Quizás el hecho que Westbrook dé un respiro a Harden en el liderato de la ofensiva ayude a conservar sus energías. O quizás Houston, una vez más, fracase en sus intentos.
Si no logran escribir un nuevo relato en los playoffs de 2020, D’Antoni podría terminar perdiendo su puesto y el relato que acompañe a este grupo se asemeje más a Dan Marino que a Joe Montana. Pero la Conferencia del Oeste actualmente representa un campo abierto. Harden está en la cúspide de sus condiciones físicas. D’Antoni estará en el último año de su contrato. Y los Rockets llegarán hasta donde se los permita su estilo de baloncesto de súper héroes.
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