ESPN.-Ser considerado el mejor jugador de todos los tiempos no es sinónimo de ser un gran gestor de franquicia.
Desde que Michael Jordan, que ganó seis anillos con los Chicago Bulls en los noventa, inició sus facetas administrativas con una organización, dichos equipos lo que han hecho es perder
Eso dicen los números que, por cierto, casi nunca mienten.
Como quedó demostrado en la docuserie ‘The Last Dance’, MJ en numerosas ocasiones reiteró que son los jugadores —y no las organizaciones— las que ganan campeonatos. El problema es que desde que es presidente de operaciones o dueño de un conjunto, “Su Majestad” tampoco es que haya acertado en sus selecciones y contrataciones. Analicemos.
En su defensa, Brown fue un fenómeno de 7’0” (2.13 metros) en ‘high school’. Se suponía que tuviese una excelente carrera. Pero, fue tan y tan malo, que sigue siendo considerado uno de los peores primeros ‘picks’ en la historia de la NBA. En 13 campañas, promedió 6.6 puntos y 5.5 rebotes.
Esa misma campaña, Jordan regresó a la duela. Tras no clasificar a postemporada, MJ —que permanecía siendo presidente del equipo— canjeó en el siguiente torneo al jovencito Richard Hamilton a los Detroit Pistons, a cambio de Jerry Stackhouse. Otra transacción que en el papel lucía bien, pero que salió fatal.
Hamilton terminó ganando en 2004 el título con Detroit. Jordan, por su parte, no avanzó a postemporada por segunda campaña seguida. Se retiró definitivamente en 2003.
Charlotte Bobcats (Hornets)
Luego de sentirse ‘traicionado’ por la gerencia de los Wizards, que finalmente no le vendió el equipo —y tampoco llegar a un acuerdo de compra con los Milwaukee Bucks— MJ eventualmente se unió a la junta directiva de los entonces Charlotte Bobcats en 2006.
Ese año, le llegó otro turno en el draft para reivindicarse. ¿Lo hizo? Demos un vistazo.
Los Bobcats tenían el tercer ‘pick’ de aquel sorteo.
Andrea Bargnani y LaMarcus Aldridge fueron escogidos en el primer y segundo turno, respectivamente. ¿Quiénes quedaban disponibles? Brandon Roy, Rudy Gay, J.J. Redick, Rajon Rondo, Kyle Lowry, P.J. Tucker y Paul Millsap. Pero no. Los Bobcats terminaron seleccionando a Adam Morrison, un alero de 6’8” (2.03 metros), que solo disputó 161 partidos en su carrera y que registró 7.5 puntos por juego.
Jordan adquirió, en su totalidad, a los Bobcats por $275 millones en 2010. Se venía otra reestructuración tras par de torneos desastrosos. Estrellas de la franquicia como Emaka Okafor, Gerald Wallace y Stephen Jackson, entre otros, fueron canjeados.
En 2011 llegó el primer gran acierto. Con el noveno turno, los Bobcats seleccionaron al base Kemba Walker. El base de 6’0” (1.83 metros) disputó ocho exitosas temporadas en Charlotte previo a ser canjeado en verano a los Boston Celtics.
Pero MJ, en 2012, volvió a las ‘andadas’ y seleccionó en el segundo turno a Michael Kidd-Gilchrist por encima de Bradley Beal (3), Damian Lillard (6), Harrison Barnes (7), Andre Drummond (9) y Draymond Green (35). Sí, difícil de digerir.
Pero si pensaban que a la tercera era a la vencida, se equivocan. En 2013, Charlotte escogió en el cuarto turno a Cody Zeller en una clase que destacaban Victor Oladipo, Giannis Antetokounmpo y CJ McCollum. El resto es historia.
A partir de ahí, estos han sido las selecciones hasta la actualidad: Noah Vonleh (9/2014), Franck Kaminsky (9/2015), Malik Monk (11/2017), Arnoldas Kulboka (55/2018), Jalen McDaniels (52/2019), Cody Martin (36/2019) y PJ Washington (12/2019).
De todos estos jugadores, Washington es el de mayor proyección. Previo a la suspensión de la temporada 2019-20, el ala pívot promediaba 12.2 puntos y 5.4 rebotes. Charlotte ocupaba el décimo puesto de la Conferencia Este con marca de 23-42.
Según datos de ESPN Stats & Information, Charlotte tiene marca de 330-473 (.411%) desde que Jordan se convirtió en dueño mayoritario del equipo. Además, es uno de cuatro equipos que no gana una serie de postemporada desde 2010.
En la temporada 2011-12, más corta de lo usual debido al ‘lockout’, Charlotte registró marca de 759 (.106%). Dicho porcentaje es el más bajo en la historia de la NBA.
Conclusión
Una de dos: O a Jordan no le motiva ganar como dueño, o es realmente muy malo.
Por más raro que parezca para alguien como “Su Majestad”, en 14 temporadas, Charlotte ha rebasado los .500 solo en tres ocasiones. El hazmerreír de la liga, los New York Knicks, también han clasificado a postemporada tres veces durante ese lapso. La única diferencia es que al menos el conjunto neoyorquino sí ha ganado una serie de ‘playoffs’.
Jordan, además, se ha ganado con méritos la etiqueta de tacaño. De acuerdo a varios reportes en verano, MJ quiso que su otrora estrella Walker “le diera un descuento” en las negociaciones de renovación. Trascendió que la oferta de los Hornets a Walker era muy lejana a la de los cinco años y $190 de contrato máximo.
Para no quedarse con las manos vacías, Charlotte firmó y canjeó a Walker a los Celtics por el armador Terry Rozier. Dicho movimiento le permitió a los Hornets a mantenerse debajo del impuesto de lujo (luxury tax) por unos $20 millones.
De acuerdo al portal web Hoops Hype, Charlotte y los New Orleans Pelicans son los dos únicos equipos en la NBA que nunca han tenido que pagar la ‘multa’ del impuesto de lujo.
Los números casi nunca engañan y lo que nos ha demostrado el Jordan de pantalones largos, es que no podrá igualar al Jordan jugador.
Pero bueno, como titula aquella famosa película de James Bond protagonizada por Sean Connery: nunca digas nunca jamás. Especialmente con alguien tan competitivo como Jordan. ¿Cierto? Al menos eso fue lo que nos quiso recordar en ‘The Last Dance’.
En lo deportivo podrá estar atrás, pero en lo económico, aun retirado Jordan sigue siendo el mejor atleta o exatleta con más capital en el mundo. Según Forbes, su fortuna ronda en los $2.1 billones. En los pasados 12 meses, además, generó unos $300 millones entre su equipo (Charlotte) y la compañía de zapatillas Nike. Solo el golfista Tiger Woods se ‘acerca’ a la fortuna de MJ con un estimado de $800 millones.
Pese a los altibajos de los Hornets, el equipo ha aumentado su valor a $940 millones.
En lo deportivo Jordan va perdiendo, pero en lo monetario, gana por barrida, como si fuera un MVP.
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