ESPN.- EL TIRO EN SUSPENSIÓN más icónico del año se registró como un tiro de campo de 3 puntos de 37 pies sin asistencia. Pero Damian Lillard de los Portland Trail Blazers sabe que su disparo que selló la serie y envió al Oklahoma City Thunder a casa en la primera ronda de los playoffs de la NBA del 2019 fue lejos de un ejemplo único de auto-creación.
Esa maravilla de sangre fría llevaba años en desarrollo, ayudando a acelerar una de las tendencias más grandes en la NBA: el ascenso meteórico del triple profundo. Junto con Stephen Curry, James Harden, Luka Doncic y Trae Young, Lillard pertenece a un pequeño grupo de especialistas de larga distancia que están cambiando rápidamente cómo pensamos sobre los tiros aceptables en el básquet profesional.
"Eso no es por accidente", Lillard le dijo a ESPN. "Los tipos pasan mucho tiempo practicándolo y poniéndose cómodos y confiados con ese tiro".
El momento trascendental en el movimiento del triple profundo sucedió en febrero del 2016, cuando Curry tranquilamente se elevó desde una distancia que parecía irracional y encestó esta canasta inolvidable en OKC.
La daga de Curry fue uno de los disparos más influyentes en una década definida por los disparos de triples. En sus campañas consecutivas de JMV, Curry por sí solo transformó la percepción sobre la propiedad de las distancias de tiro. Antes de la revelación de Steph, disparar desde una yarda más allá del arco le ganaría el banquillo y una burla al jugador, con un papel estelar en Shaqtin' A Fool. Pero apenas unos años después, estos francotiradores gozan de popularidad.
No existe una definición formal para el triple profundo, pero démosle la etiqueta de intentos sin catapultar que ocurren al menos 3 pies más allá del arco de los 3 puntos. Las cifras detrás de estos tiros en suspensión desde 26.75 pies o más son sorprendentes.
Si usted asiste a un partido de la NBA en 2019, es dos veces más probable que vea un tiro de 27 pies que uno de 16 pies. En 2013-14, esas cifras eran completamente opuestas: Los tiros de media distancia eran más del doble de populares que los tiros profundos. Cuando Curry encestó aquel disparo en OKC en 2016, los tiradores de la NBA promediaban 3.2 triples profundos por partido, según estadísticas de la NBA. Cuatro temporadas más tarde, la estrategia ha aumentado por un 275% —ascendiendo hasta 8.8 disparos por encuentro en toda la liga.
Conozcamos cómo una súper estrella acogió el movimiento, y por qué está conquistando la liga.
CUANDO PAUL GEORGE describió el tiro histórico de Lillard como un mal disparo, probablemente no se dio cuenta de cuántas veces Lillard había practicado exactamente ese tipo de oportunidades de larga distancia con su entrenador, Phil Beckner.
Como muchas renovaciones de la NBA, el proyecto del triple profundo de Lillard nació de la decepción. Después de la pesadilla de ser barridos en la postemporada por los New Orleans Pelicans en 2018, Lillard se sintió motivado a expandir su rango. Los Pelicans sofocaron a Lillard con trampas, y él necesitaba maneras nuevas para sacar su propio disparo contra rivales agresivos. Si Lillard fuese capaz de disparar desde más lejos, no siempre tendría que superar las dobles marcas y los ataques para abrirse miradas desde lejos.
"Trabajamos los tiros profundos de tantas formas diferentes", dijo Lillard.
Él pasó horas trabajando durante la temporada baja del 2018, sometiéndose a ejercicios intensos que eventualmente harían que las situaciones de juego se sintiesen mas fáciles.
"Tiro tras el bote, tiro sin saltar, tiro sin impulso, tiro desde una sentadilla profunda y alzarse y disparar", dijo él. "Ya sabes, solo posiciones incómodas, pero todavía intentando tirar con precisión".
Todo comenzó cuando Beckner marcó con cinta adhesiva una línea de 4 puntos improvisada en un gimnasio de Las Vegas, unos 4 pies más allá de la línea de 3 puntos actual de la NBA. Entonces los dos se aplicaron para diseñar el sistema de larga distancia más peligroso de la NBA.
Como escribió Malika Andrews de ESPN el año pasado, cada vez más los equipos de la NBA dibujan marcas alternativas en sus canchas de práctica. Ninguna de estas marcas es más popular que la línea de 4 puntos, la cual muchos equipos utilizan para alentar buenos hábitos de espacio.
Beckner, quien ha entrenado con Lillard desde que Lillard jugaba en Weber State, vio una oportunidad de utilizarla de una forma diferente. Él quería que Lillard pudiese tirar y jugar desde lejos con confianza. Pero tampoco quería que el rango de Lillard se volviera demasiado salvaje. Abandonado a sus propios medios, Lillard tendía a alejarse más y más durante sus entrenamientos de disparo. Con la nueva línea pegada sobre la duela, Beckner podía calibrar las distancias de tiro exactas que Lillard dominaba.
"Era su manera de mostrar, 'Oye, esto es lo que un triple profundo es para mí'", dijo Lillard.
Para desarrollar consistencia tan lejos del aro, la dupla recurrió a The Celtic 50, un ejercicio de tiros comprobado. Beckner lo aprendió de Kevin Eastman, asistente establecido en la NBA que pasó gran parte de su carrera trabajando para Doc Rivers.
Funciona así: Debes encestar 10 disparos desde cinco lugares diferentes alrededor del arco de los 3 puntos, manteniendo la cuenta de cuántos intentos te toma en cada lugar. Por tanto, la mejor puntuación posible es 50, sin fallo alguno. A una tasa de tiros de 50% con 20 intentos desde cada lugar, anotarías un 100. Como en el golf, las puntuaciones más bajas son mejores.
En general, los mejores tiradores en cualquier nivel del básquet a veces pueden registrar un 60. Beckner recuerda la primera vez que Lillard hizo el ejercicio en la universidad, detrás de la línea más corta. Se quedó estupefacto al ver a Lillard lograr un 51 —en dos ocasiones diferentes. Apenas un fallo en toda la tanda de Lillard. Mientras Lillard acumulaba canastas consecutivas, Beckner hizo todo lo posible por actuar con normalidad y evitar una maldición. Ambos extendieron el desafío a la línea de la NBA cuando Lillard se unió a los Blazers, y Lillard sigue anotando 60 o más el 95% del tiempo, según Beckner. Su marca es de 52. Y Lillard se está acercando a esa marca desde la línea de 4 puntos.
Parado 28 pies detrás de la canasta, Lillard se pasó el verano del 2018 rutinariamente fallando menos de 10 disparos en The Celtic 50. Su mejor puntaje: 54. Ése es un índice de conversión del 93%. El hombre es un tirador especial.
Para el final de la temporada baja del 2018, Beckner se dio cuenta que la creencia popular sobre las distancias de tiro en la NBA ya no se aplicaba a Lillard. La noción misma de tiros buenos y tiros malos era diferente para él. Siempre y cuando Lillard mantuviese su forma de realizar tiros desde distancias profundas, su eficiencia estaría perfecta.
Beckner sintetizó la idea en un mantra de cuatro palabras: "Cuerpo compacto, tiro compacto".
Según Lillard, lo más complicado en cuanto a preservar la buena forma de realizar tiros desde profunda distancia no se trata de los brazos o las piernas.
"Si mantienes tus abdominales sólidos y tu cuerpo fuerte, entonces el balón vuela con mayor potencia", dijo él. "Si tu cuerpo está débil, no saltas tan fuerte y el balón flaqueará cuando estás tan lejos".
Mientras más profundo el tiro, más difícil es mantener el balón derecho.
"El balón se puede ir hacia la izquierda o la derecha", dijo Lillard. "Puedes hacer un ‘airball’. Está muy lejos, así que hay más espacio para errar".
Ahora Lillard habitualmente encesta el 80% o más de sus triples profundos en las prácticas. Para cuando llegaron los playoffs del 2019, aquellos valientes intentos estaban pagando grandes dividendos. ¿Y una movida como ésta?
AL PUNTO MEDIO de un partido contra los Philadelphia 76ers el mes pasado, como con desinterés Lillard desató su ahora rutinaria movida.
Él dribló el balón a lo largo de la cancha con los Blazers arriba por ocho puntos. Ben Simmons lo esperaba justo afuera de la línea de los 3 puntos. Pero Lillard nunca llegaría ahí. En vez, se elevó para tomar un tiro en suspensión de 33 pies.
Fue una posesión significativa en un partido significativo, y saltó frente a Corvallis con 20 segundos en el reloj de disparo. Cuerpo compacto, tiro compacto. Canasta.
Ése es el triple no catapultado más largo de la campaña hasta el momento. No es sorpresa que Lillard es el dueño —desde sus prácticas en la temporada muerta del 2018, nadie en la NBA ha encestado más triples profundos que él. Pero no está solo en el espacio sideral. De repente la liga está repleta de jugadores que pueden acertar tiros en suspensión desde súper lejos, incluyendo dos de las estrellas jóvenes más brillantes del deporte.
Trae Young y Luka Doncic lideran la liga en actividad de triples profundos esta campaña, según los datos de Second Spectrum. Doncic tiene 20 años y arroja 6.2 triples profundos por encuentro. Young tiene 21 y dispara 6.3.
Para ayudar a poner estos números en contexto: En 2013-14, Lillard encabezó la liga al tomar 1.4 por partido. Estos jóvenes talentos están lanzando triples largos a ritmos que eclipsan increíblemente a los pioneros de hace unos pocos años.
Y este fenómeno se extiende más allá de solo los tiradores súper estrella. Más y más jugadores están lanzando más y más triples profundos. Apenas seis años después de que solo tres jugadores de la NBA promediaron al menos un triple largo por partido, ahora hay 44 jugadores que cruzan ese umbral.
La liga entera se va sintiendo a gusto en el lado profundo, incluyendo a los entrenadores. Lillard lo ha visto de primera mano con el entrenador de los Trail Blazers, Terry Stotts. "Más temprano en mi carrera, [Stotts] no era un gran aficionado de ello", dijo Lillard. "Él no tenía la misma confianza en ello que yo tenía".
Pero conforme pasó el tiempo, eso cambió.
"Él ve cuán a menudo trabajo sobre ello, y cuán detallado es cuando tiro del bote o de la atrapada —doblando las rodillas, aguantando, sin salto, cosas así", dijo Lillard. "Y en los partidos, él ve que están entrando a un ritmo más alto año tras año. Así que ha llegado el punto ahora en que lo acepta".
En Milwaukee, Mike Budenholzer instala a su “stretch 5”, Brook Lopez, de 4 a 6 pies más allá del arco. Mike D'Antoni ha estado colocando a sus tiradores especialistas allá atrás durante años en Houston. Ellos se percataron de la eficiencia detrás de estas miradas audaces. Esta temporada, un tiro promedio de 27 pies ha cosechado 1.05 puntos por tiro, mientras que un tiro promedio de 16 pies suma el patético total de 0.80 puntos por intento, según los datos de Second Spectrum. De los 12 jugadores que han intentado al menos 50 triples profundos en 2019-20, siete están tirando para un 36% o más, y cuatro para el 40%. Davis Bertans lidera a todos los tiradores al encestar el 46% desde allá afuera.
De manera global, los jugadores de la NBA han mostrado progreso importante con su precisión desde larga distancia en una cantidad de tiempo relativamente corta.
Consideren lo siguiente: A lo largo de su carrera, Michael Jordan encestó el 32.7% de sus triples en total. Así que un triple profundo promedio esta temporada (en 32.5%) ha sido casi tan acertado como un triple del “Mejor de todos los tiempos” (GOAT).
Y aunque estas cifras caigan un poco en una muestra más grande, piensen en todo lo que arman estos triples. Las defensas deben pelearse más lejos de la canasta. La duela ya espaciada se dispersa aún más. Los defensores del balón presionan con mayor agresividad, creando carriles limpios para la penetración. Los mejores creadores de tiros pueden fallar más de la mitad de sus disparos de 30 pies y aún así salir ganando.
Las destrezas de tiro de los jugadores de la NBA han estallado. Los francotiradores como Curry y Lillard capturaron los corazones y mentes de los jugadores jóvenes alrededor del mundo. Ahora algunos de esos prospectos se convierten en selecciones de lotería. LaMelo Ball tenía 14 años cuando Curry rompió Twitter con su zarpazo en OKC. Trae Young cursaba el tercer año de la prepa a 20 millas de distancia en Norman, Oklahoma.
Igual que un joven Kobe Bryant quería ser como Mike, los prodigios de hoy buscan tirar como Curry y Lillard. Eso significa una cosa para el futuro de la NBA: más cohetes de larga distancia.
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