PHOENIX (MLB). – Durante sus primeros entrenamientos como manager de los Rojos de Cincinnati este año, David Bell vio suficiente en el brazo y en el aplomo de Luis Castillo para nombrarlo su abridor para el Día Inaugural. Ahora en la recta final de la temporada, se puede decir con certeza que el derecho dominicano ha premiado esa confianza.
Con récord de 15-6, efectividad de 3.22 y 211 ponches en 30 aperturas y 178.2 entradas (10.6 K por cada 9.0 capítulos), Castillo se ha establecido como una verdadera carta de triunfo para los Rojos.
“Le doy gracias a Dios, porque el equipo me dio una oportunidad muy buena, muy bonita”, dijo Castillo, quien representó a Cincinnati en el Juego de Estrellas 2019. “La estamos disfrutando al máximo, siempre que me sigan dando la confianza como lo han hecho hasta ahora”.
Con una recta que ha rebasado las 96.0 millas por hora en velocidad promedio, combinada con un buen cambio de velocidad y un slider, Castillo ha mantenido la consistencia durante toda la campaña, su tercera en la organización de los Rojos tras militar en los circuitos minoritarios con los Gigantes y los Marlins.
“Es impresionante pasar todo un año sin grandes bajones”, dijo el piloto Bell acerca de la temporada que ha tenido Castillo. “Claro, ha habido algunas aperturas mejores que otras, pero en sentido general tendría que decir que él ha sido tan consistente como cualquier otro lanzador en el béisbol. Cada vez que lo vemos subirse al montículo, sabemos qué podemos esperar y creo que él sabe qué esperar de sí mismo”.
En el transcurso de una larga campaña de Grandes Ligas, Castillo ha sabido hacer los ajustes de lugar.
“Durante la temporada, eso se trata de ajustes”, expresó el oriundo de Baní. “Usted falla un día, pero ya tiene que hacer el ajuste para la próxima salida. Es una de las cositas que han pasado este año. Las que me han pasado, las he ido ajustando y ajustando y gracias a Dios, hemos tenido el éxito”.
Aunque el juego ganado de un lanzador ha perdido valor ante los ojos de los analistas que basan sus opiniones en las estadísticas avanzadas, Castillo sí está orgulloso de su total de 15 victorias, el mayor número para un serpentinero de los Rojos desde que ganaron dicha cantidad de partidos sus compatriotas Johnny Cueto y Alfredo Simón en el 2014.
“Significa algo muy maravilloso para mí”, dijo Castillo, de 26 años. “Todo pitcher abridor quiere llegar a esa cifra. Me siento muy bien. No satisfecho, porque uno siempre quiere (mejorar). Pero me siento orgulloso de haber igualado a esas dos (figuras) que pasaron por aquí”.
Ahora, quedándole un máximo de tres aperturas en la presente campaña, a Castillo le toca concluir el año de manera positiva antes de prepararse para el 2020 en tierras banilejas.
“El deber de cada lanzador, de cada jugador es terminar fuerte la temporada para tener la frente bien en alto para el año que viene”, dijo Castillo, quien también reveló que una de sus metas para la próxima campaña es pasar de los 200 innings lanzados. “Mi enfoque es trabajar para venir el año que viene con una temporada mejor que ésta”.
Alguien que confía en que así será es precisamente su manager.
“Creo que éste es un año del que él se va a nutrir para ganar confianza”, manifestó Bell. “Por supuesto, ha lanzado muy bien. Pero además de eso, ha podido ser bien consistente durante todo el año. Estamos cerca del final y sabemos que él es capaz de completar una temporada bien.
“Ahora él tiene mayores expectativas para sí mismo. Cree en sí mismo. Por todas esas razones, esta temporada ha sido lo que ha sido, pero también esos factores lo harán un mejor lanzador en el futuro”.
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