SANTO DOMINGO (William Aish).- El medallista de oro en los pasados Juegos Panamericanos de Lima 2019, Audrys Nin Reyes, pasó las mil y una cuando niño y todo eso por un propósito: trabajar fuerte para construirle una casa a su madre. Entre las vicisitudes con las que atravesó el gimnasta nativo de Barahona fue la de limpiar zapatos, dejar sus padres a los 11 años para irse a vivir a Santo Domingo. La casa donde vivió junto a su familia se llenó de agua por el paso del huracán George en el 1998, ya que el techo salió volando por el ciclón.
Entre tantas vicisitudes, Nin Reyes fue fuerte y siguió trabajando hasta que se hizo un gimnasta mundial.
Reveló que fue amante del baloncesto cuando niño, hasta que un amigo lo llevó a entrenar gimnasia en Barahona. El historial no termina ahí. Nin Reyes en el 2016 luego de no clasificar en un Preolímpico se alejó de la gimnasta por meses, porque se sentía deprimido por meses, hasta que su interior lo hizo reflexionar. Hoy, el atleta de 25 años tiene medallas de oro en Juegos Centroamericanos y del Caribe, Juegos Panamericanos y Copa Mundial. El trabajo dio frutos. Llegar a Barahona y recibir abrazos, cariño, le piden fotos, autógrafos, todo eso es normal, aun cuando se siente una persona igual que cuando salió de su pueblo a los 11 años. Nada lo cambia, según él. “Salí de Barahona siendo un niño buscando un sueño de construirle alguna vez a mi madre una casa. Siempre oí de ella que quería una casa y 11 años después tiene su casa”, narró Nin Reyes en un “Live de Instagram con el editor deportivo de este medio. “Lloré mucho cuando vine a la capital. Tenía 11 años, dejé todo atrás. Me ponía nostálgico al saber que mi familia estaba en Barahona. Me hacían falta mis padres y hermanos. Llegué a pensar de que no podía lograrlo”, agregó Nin Reyes, hoy estudiante de mercadeo, que también quiere estudiar la licenciatura de educación física. “Uno de mis hermanos me dijo un día que la gimnasia era mi futuro, no lo creía, pero él me lo hizo saber y aquí estoy yo”, rememoró. “Entrenaba y estudiaba a la vez, todo eso gracias a la Federación Dominicana de Gimnasia. A mis entrenadores, entre ellos Ramón Amaury Holguín, quien me recibió yo siendo un niño en Santo Domingo, y aún es uno de mis entrenadores. Es inexplicable lo que ha hecho Amaury, es como un padre”, expresó. “Agradezco a Edwin Rodríguez por ser un soporte y claro, a mi esfuerzo hoy soy alguien de bien”, añadió. Narró en el conversatorio con este redactor el momento de su primera medalla de oro en Juegos Panamericanos, en Lima 2019. “Un momento que nunca olvidaré. Tu sabes que yo fui al evento con dolores desde hacía un año, pero mi fe es tan grande que sentía que iba a traer la medalla de oro”, contó que era una presea muy esperada. “Yo he luchado con las lesiones desde hace tiempo. En Lima trabajé mi psicología, porque el dolor en uno de mis tobillos era algo normal, vivía con él”, aseveró. Su meta, una medalla en Juegos Olímpicos Nin Reyes aún es joven y a pesar de sus lauros, más de 100 medallas decoran su casa, hay una que la anhela y para seguirá trabajando fuerte. El gimnasta de mayor proyección de la República Dominicana tiene detenido sus planes y proyectos por la pandemia del coronavirus, aun cuando le queda un clasificatorio para los Juegos Olímpicos de Tokio 2021, ya que a mediados del mes de marzo Nin Reyes se encontraba en Azerbaiyán, donde debía participar en una Copa del Mundo en busca de una clasificación para los Juegos Olímpicos, pero todo quedó suspendido y con ello vino su frustración por no completar su cometido de alcanzar una plaza para Tokio 2020. “Esa es mi meta y tengo que seguir trabajando para clasificar y colgarme esa medalla en unos Juegos Olímpicos”, declara el portento gimnasta sin miedo. “Puedo decirte que lo tengo como atleta, solo me falta esa medalla como atleta de alto rendimiento”, añadió y dijo que aún queda un clasificatorio panamericano para Tokio 2021. Mejorar situación de los atletas A Nin Reyes lo valoran sus compañeros de gimnasia de todo el mundo porque según él, sus contrincantes ven el trabajo arduo que hace, aun cuando esa disciplina no tiene tanto soporte en el país. “Ellos me respetan, no se burlan de mi. Ellos andan con un grupo de personas detrás, yo ando con un entrenador y a veces con el presidente de la Federación Edwin Rodríguez. Ellos tienen más soporten, más ayuda, pero quizás entienden que yo tengo más corazón”, comenta. “El deporte de alto rendimiento necesita más apoyo. Ahora por mi condición mundialista tengo más personal, pero antes era difícil. Con más apoyo la gimnasia puede seguir adelante”, añade. “Aunque estoy bien, porque vivo normal no me aferro a nada, nosotros siempre necesitamos más porque la vida del atleta de alta competición es difícil. Por ejemplo yo me voy a una Copa Mundial y pierdo clase, son cosas que la gente no ve, pero gracias a Dios los profesores nos entienden”, dijo Nin Reyes, quien estudia en la Universidad OYM. Agregó que le gustaría más adelante tener algún puesto dentro de la Federación Dominicana de Gimnasia: “Quizás como técnico, o quien sabe si algún día presidente. He pensado en montar un gimnasio para gimnasia. Son muchos los planes”, agrega. Dijo que gracias al país por el apoyo hacia él y a Gonzalo Castillo tiene un apartamento en San Isidro. Indicó que sigue llevando la música en su corazón, pero que lo hace de hobbies.
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